El descanso nos ayuda a consolidar y a pulir la información que hemos recibido a lo largo del día: Se producen cambios bioquímicos que contribuyen a eliminar la información menos relevante, dejando así espacio para la importante y los nuevos aprendizajes.
La psicóloga Susanne Diekelmann afirma en un artículo publicado por el Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento de la Universidad de Tuebingen (Alemania): “Dormir estabiliza los recuerdos y los integra en una red de memoria a largo plazo, lo que hace que no se estanquen en el pasado, sino que podamos recuperarlos en el momento oportuno y utilizarlos en el futuro”. Durante la vigilia los contenidos de memoria son codificados en el hipocampo, una estructura cerebral que permite su utilización rápida, pero en la que se encuentran altamente inestables y susceptibles de olvido. Sin embargo, durante el reposo estos recuerdos son transferidos a un depósito de almacenamiento a largo plazo, al neocórtex cerebral, que es mucho más estable.
Seguro que alguna vez se ha despertado con una idea genial o con la solución a un problema que le traía de cabeza. Eso se debe a que “el cerebro favorece el análisis activo de los recuerdos nuevos, brindándonos así la capacidad de resolver problemas y de tener ideas estupendas que a veces no se nos ocurren despiertos”, explica el doctor Diego García-Borreguero.
El examen de mañana
¿A que si repasa algo justo antes de dormir, a la mañana siguiente lo recuerda mejor? El doctor García-Borreguero nos explica por qué ocurre esto: “El motivo principal radica en que una parte muy importante del contenido de nuestros sueños proviene de nuestros recuerdos más inmediatos. Por eso, aquello en lo que pensamos inmediatamente antes de dormirnos tiene muchas más posibilidades de aparecer en ellos que lo que hicimos por la mañana, siempre y cuando esto último sea realmente significativo para nosotros. Si estamos preparando un examen importante y lo hemos estado repasando al final del día, ensayamos la prueba dormidos y consolidamos la información, mejorando su recuerdo e incluso percatándonos de datos que no hemos entendido bien y de cuáles son las lecciones que nos sabemos peor. Por eso es un error enorme que los estudiantes acudan a las pruebas habiendo pasado la noche en vela”, concluye el experto.
La conclusión es que el sueño además de ser muy importante para mantener nuestra salud y bienestar es un eje crucial a la hora del aprendizaje